Miguel Zambrano (L.P.)

 𝗨𝗻 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝗮𝗰𝗲𝗿𝗱𝗼𝘁𝗲 𝘆 𝗹𝗲 𝗱𝗶𝗰𝗲: - ¡𝗣𝗮𝗱𝗿𝗲 𝗻𝗼 𝗶𝗿é 𝗺á𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝗜𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮! 𝗘𝗹 𝘀𝗮𝗰𝗲𝗿𝗱𝗼𝘁𝗲 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝗱𝗶ó: - ¿𝗣𝗲𝗿𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗾𝘂é? 𝗘𝗹 𝗷𝗼𝘃𝗲𝗻 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗼𝗻𝗱𝗶ó: - 𝗩𝗲𝗼 𝗮 𝗹𝗮 𝗵𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗯𝗹𝗮 𝗺𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗵𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗮; 𝗲𝗹 𝗵𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝗼 𝗹𝗲𝗲 𝗯𝗶𝗲𝗻; 𝗲𝗹 𝗴𝗿𝘂𝗽𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗮𝗻𝘁𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗶𝘃𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗳𝗶𝗻𝗮𝗻𝗱𝗼; 𝗹𝗮𝘀 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗱𝘂𝗿𝗮𝗻𝘁𝗲 𝗹𝗮 𝗺𝗶𝘀𝗮 𝗺𝗶𝗿𝗮𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗲𝗹𝘂𝗹𝗮𝗿, 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝘁𝗮𝗻𝘁𝗮𝘀 𝘆 𝘁𝗮𝗻𝘁𝗮𝘀 𝗼𝘁𝗿𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀 𝗺𝗮𝗹𝗮𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝘃𝗲𝗼 𝗵𝗮𝗰𝗲𝗿 𝗲𝗻 𝗹𝗮 𝗶𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮. 𝗟𝗲 𝗱𝗶𝗰𝗲 𝗲𝗹 𝘀𝗮𝗰𝗲𝗿𝗱𝗼𝘁𝗲: - 𝗠𝘂𝘆 𝗯𝗶𝗲𝗻, 𝗽𝗲𝗿𝗼 𝗮𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗲 𝗵𝗮𝗴𝗮𝘀 𝘂𝗻 𝗳𝗮𝘃𝗼𝗿: 𝘁𝗼𝗺𝗮 𝘂𝗻 𝘃𝗮𝘀𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗴𝘂𝗮 𝘆 𝗱𝗮 𝘁𝗿𝗲𝘀 𝘃𝘂𝗲𝗹𝘁𝗮𝘀 𝗽𝗼𝗿 𝗹𝗮 𝗶𝗴𝗹𝗲𝘀𝗶𝗮 𝘀𝗶𝗻 𝗱𝗲𝗿𝗿𝗮𝗺𝗮𝗿 𝘂𝗻𝗮 𝗴𝗼𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗮𝗴𝘂𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝘀𝘂𝗲𝗹𝗼. 𝗗𝗲𝘀𝗽𝘂é𝘀 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝗼,

La palabra DISCIPLINA, no es una sola palabra, es muy sencillo hablar de ella, pero es tan complicada vivirla y hacerla parte de nuestro diario vivir, sin embargo, cuando logramos caminar con ella, la vida se vuelve más fácil, muchas cosas que parecían complicadas, se vuelven más sencillas. Muchas veces podemos estar desanimados y con muy pocas ganas de realizar ciertas actividades mas sin embargo, la disciplina nos ayuda a realizarlas hasta que esa motivación vuelva a nosotros. En mi camino, cuando quise aprender a escribir libros y a comprender un poco mejor la palabra de Dios, para ese entonces, había adquirido la disciplina que el ejercicio de mi profesión ameritaba, pero dentro de ella no estaba el escribir libros y mucho menos el estudiar teología; hoy, mas de una década después, siento que mi vida ha llegado a un equilibrio gracias a Dios, a mis padres y a mi familia. difícilmente podría estar desmotivado cuando día a día tengo mis personitas bellas sonriendo junto a mi y record