Liderazgo y comunicación



¿Quién es usted y por qué se dirige a mí?
Para crear un mensaje de liderazgo, el líder debe partir de
su perspectiva en torno a un asunto o asuntos. Un buen comunicador debe hacer sus mensajes públicos, ya que esta es su razón de ser; cuando un líder se guarda todo para sí mismo, sus subordinados quedan desorientados e intentan adivinar qué es lo que se espera de ellos. Ello constituye un fracaso tanto de las comunicaciones como del liderazgo. Según el autor, existen cuatro tipos de comunicadores: el experto, el visionario, el transformador y el entrenador.
En primer lugar, el experto o guardián de la misión basa sus decisiones en los datos y la relación que guardan con el entorno comercial (como la empresa puede anticipar y utilizar a su favor las oportunidades del mercado). El Secretario de Estado estadounidense Colin Powell constituye un buen ejemplo de comunicador experto que entiende la misión y sabe cómo llevarla a cabo.
En segundo lugar, el visionario es un líder cuya fe vehemente en su causa tiene mayor peso que sus palabras y su misión es persuadir, cambiar puntos de vista. Steve Jobs, fundador de Pixar y co-fundador de Apple Computer, es un visionario que aboga por la integración de la tecnología en el estilo de vida de cada cual y con sus dotes de convicción consigue persuadir a otros.
En tercer lugar, el entrenador es en parte visionario, en parte experto: es un colaborador al que se recurre por sus conocimientos especializados en una materia concreta; el líder-entrenador debe ajustar su enfoque varias veces al día para responder a las necesidades tanto de los individuos como del equipo.
Por último, el transformador también es en parte experto, en parte visionario, aunque con más tendencia a ser visionario, y su misión es persuadir, cambiar la mentalidad de la gente.
El arquetipo del transformador sería un buen vendedor que conoce bien su producto, sabe responder a las preguntas de los compradores y, asimismo, es paciente y persistente. Una vez que usted sepa qué clase de líder es, debe determinar por qué razón está hablando. Si es para explicar algo, para salvar objeciones, para vender o persuadir, para celebrar algo o simplemente para entretener.
El 11 de septiembre de 2001 ante los ataques terroristas a las Torres Gemelas, el alcalde de Nueva York Rudi Giuliani se convirtió en el centro de atención mundial. Giuliani consideró que era su deber estar visible, por lo que se las arregló tan admirablemente para estar en el lugar adecuado a la hora precisa que parecía estar en todas partes. A pesar de la hostilidad inicial, Giuliani logró cambiar el sino de la ciudad reduciendo la criminalidad, incrementando el número de empleos y solidificando la base económica. En su discurso de despedida podemos discernir algunos aspectos importantes de su estilo de comunicación de liderazgo.
El discurso comienza con un reconocimiento para su gente por su capacidad sin igual de motivación. Giuliani continúa vinculando su persona, su familia y a todos los inmigrantes llegados a Estados Unidos a la cultura y los valores estadounidenses, para después pasar a valorar su gestión como alcalde analizando la metamorfosis de la ciudad que una portada de 1990 de la revista Time calificara de “Manzana Podrida”. Posteriormente, al hablar de la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo, emerge el Giuliani luchador que no deja pasar la oportunidad de realizar una llamada a la acción, pidiendo para ello un compromiso con la gente que murió en los ataques. Para concluir su discurso, Giuliani pone en perspectiva el sufrimiento de Nueva York proyectándolo sobre el telón de fondo del legado de sacrificio que los estadounidenses han realizado en pro de unas ideas que les trascendían.
El relato de su reacción al ataque de las Torres Gemelas que Giuliani hace en su libro Leadership (Liderazgo) condensa la esencia de las comunicaciones para el liderazgo. Giuliani considera que las comunicaciones son vitales, de ahí su insistencia en involucrar a los medios de comunicación y su táctica de llegar al público facilitándole acceso directo a su persona tras los atentados terroristas del 11-S. El centro de mando también era un ejemplo de coordinación in situ de las comunicaciones entre bomberos, policía, equipos de rescate y personal del gobierno. El relato también contiene una letanía de los nombres de la gente que se encontró ese día, lo que además de servir para reconocer la labor realizada por esos individuos, nos da una pista sobre la psique de sus comunicaciones. En suma, con su estrategia Giuliani ha logrado elevar a la heroicidad el sufrimiento de su Ciudad dando así a la vida de los neoyorquinos un sentido de esperanza, misión y determinación. De su estilo de liderazgo se pueden extraer varias lecciones, entre las que destacan dirigir desde el frente, ser percibido como un líder, elevar el estatus del sacrificio, mostrar el lado humano y hacer del mensaje una forma de vida.

Fuente:           Grandes secretos de la comunicación de los grades líderes
Autor:              J O H N B A L D O N I

Comentarios

  1. necesito obras dirigidas para adolescentes

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