Síndrome del rechazo
Actualmente vivimos tiempos de rechazo
general, donde la gente te trata no por lo que eres sino por lo que usas, por
lo que tienes o por el color de camiseta que te pones, la gente sin darse
cuenta quizá, ha empezado de a poco a crear barreras de odio y de rechazo
desmesurado en una sociedad donde día a día te llaman a que te rebeles contra
quien no piensa igual, vivimos en una sociedad en la que no puedes decir en voz
alta lo que piensas o sientes porque podrías convertirte en el blanco de la
crítica de grupos mayoritarios y ostentosos del poder, el amor en los últimos
tiempos se irá enfriando, pero la gente que practica una FE genuina se
mantendrá a salvo pese a todas las adversidades, pese a ser rechazados una y
otra vez.
El síndrome del rechazo es simplemente
una de las tantas arterias que tiene el mal para envolver a la gente y
apartarla del amor de Dios y de las personas que le rodean, cuando sientes
celos por un compañero en tu trabajo que ha conseguido un mejor puesto y un
mejor sueldo, esos celos son la tierra fértil donde el rechazo empieza a
germinar, no importa si ese puesto fue conseguido de buena o de mala manera, no
está en ti el juzgarlo, lo que importa es que tu no debes permitir que en tu
vida se alojen los malos sentimientos y tu vida se convierta en tierra fértil
para que crezcan, porque al final no te lastimarás solo a ti mismo, sino también
lastimarás a quienes están a tu lado.
¿Quién no se ha sentido rechazado en algún
momento? O ¿Quién no ha rechazado a alguien en algún momento? Rechazar:
significa “separar de sí a algo o alguien” El rechazo causa entre otros sentimientos
la pérdida de nuestra autoestima e incluso puede conducir hasta el asesinato o
suicidio a determinadas personas.
El sentimiento del rechazo nace en la
familia, en ese núcleo donde nacen los integrantes de la sociedad, en ella se
ponen los pilares para la vida futura de cada uno de sus miembros, por ejemplo,
para nadie es desconocido los casos de violencia en los estadios de nuestro
país que se dan simplemente por el hecho de usar una camiseta distinta en
determinado momento, el rechazo y el odio se ha alojado tanto en nuestra
sociedad que, el ser hincha se ha confundido con el fanatismo intenso.
Para quienes han decidido formar un
hogar el gran compromiso es sembrar en
sus hijos sentimientos de ayuda y solidaridad antes que sentimientos de
resentimiento y odio, el rechazo, especialmente entre la niñez y juventud, en
sus relaciones familiares o sociales, puede dejar huellas negativas, profundas
e imborrables al igual que una cicatriz en el cuerpo.
A nuestros hijos en casa debemos
enseñarles a respetar las diferencias con las que se van a ir encontrando en el
camino de la vida, desde pequeños deben entender que sus amigos no siempre
querrán jugar el mismo juego o disfrutar el mismo helado y no por eso los deben
rechazar y hacerlos a un lado del grupo, porque deben aprender a entender que
cada persona es un mundo distinto y la verdadera amistad se basa en el respeto
del espacio del otro sin alterar el grado de unión, cuando no enseñamos a
tiempo esto a nuestros hijos quizá sea porque justamente ni nosotros todavía lo
hemos asimilado.
No hay razas especiales, nadie tiene sangre azul, y no
podemos llegar a repetir lo que la historia de la humanidad ha vivido y por lo
que luchó Martin Luther King, Jr. pastor estadounidense de la iglesia bautista quien desarrolló una labor crucial en Estados
Unidos al frente del Movimiento por
los derechos civiles para los
afroestadounidenses y que, además, participó como
activista en numerosas protestas contra la Guerra
de Vietnam y la pobreza en
general y que por esa actividad encaminada a terminar con la segregación estadounidense y la discriminación
racial a través de medios no violentos, fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz.
La historia nos debe enseñar que el vivir con sentimientos
dañinos en nuestra vida, no hacen bien a nadie, así que la vida nos exige un
cambio de actitud para poder respetar a todas las personas por igual, todos
somos seres imperfectos y como tal, tarde o temprano cometeremos errores, lo
importante es aceptarlos y corregir.
Cuando nos enamoramos y somos
decepcionados por una u otra cosa, nuestra primera reacción es sentir rechazo
hacia el amor y todas las personas que se nos acercan mientras la herida está
abierta, los tomamos como posibles agresores, debemos tener cuidado que no
estemos cerrando la puerta y rechazando a quien se merece estar en nuestras
vidas o a quien nosotros necesitamos en nuestra vida para lograr un equilibrio
emocional.
Cuando hablamos de síndrome estamos hablando
de algo crónico que puede estar pasando en nuestras vidas a tal punto que
rechazamos a algo o a alguien simplemente porque se ha convertido en un vicio
pecaminoso el hacerlo, si rechazo a alguien constantemente y sin razón
aparente, a esto le llamamos el síndrome del rechazo, por ejemplo
podemos llegar a sentir rechazo por alguien o algo que ni si quiera conocemos y
a veces solo podemos sentir rechazo hacia una persona por el simple hecho de
que hemos dejado que nos envenenen el corazón con comentarios de ella y no nos
hemos dado el tiempo de conocerle y por tanto cuando esa persona quiere
acercarse a nosotros, le echamos fuera o le damos la espalda, vale la pena
recordar que lo que mata al hombre no es lo que entra por su boca, sino lo que
sale de su corazón, porque es allí donde está su verdadero tesoro. El síndrome
del rechazo puede ser de doble vía, me lo pueden ocasionar a mi, o yo puedo
estarlo teniendo hacia otra persona, en cualquiera de los dos casos debemos
estar muy atentos y reconocer lo que está pasando en nuestro interior, porque
si llegamos a pensar que la vida es así y no atendemos nuestro ser interior a
tiempo, es como ver una mala hierba en nuestro jardín y dejarla crecer sin
control, lo importante que debemos entender es que aunque la cáscara de arcilla
que cubre nuestro cuerpo físico se va descascarando, nuestro ser interior debe
irse fortaleciendo día a día y esto solo se logra cuando permitimos que sea
Dios quien gobierne nuestras vidas y humildemente aceptamos sus mandatos.
Si rechazo a alguien contantemente, le
estoy demostrando a esa persona que no la respeto, y que no reconozco cuánto
vale como persona y que por eso la estoy rechazando, y lo mismo pasa si nos
rechazan a nosotros, el que tengamos una vida religiosa no nos hace limpios
espiritualmente ya que la verdadera limpieza espiritual solo proviene de Dios,
no importa cuán alta sea nuestra posición ni por cuanto tiempo la hayamos
tenido o la tengamos, debemos aprender a depender de Dios para fortalecer
nuestra vitalidad espiritual, solo así, podremos reconocer las cadenas
invisibles que nos están atando sin darnos cuenta.
No rechaces a nadie solo porque su
apariencia no te agrada, recuerda que el cactus adentro suyo guarda agua en el
desierto para salvar a los caminantes y si lo rechazas por su simple apariencia
es más que seguro que no logres cruzar el desierto, o el caso de las perlas que
son esferas hechas de nácar producidas dentro del cuerpo blando de los
moluscos, lo mejor está en su interior, por tanto, debes darte el tiempo de
conocer a las personas aunque a primera vista te desagraden, en muchos de los
casos al igual que los dos ejemplos anteriores, podrías llevarte una gran
sorpresa. Si eres padre o madre, ten en cuenta que los psicólogos coinciden en
la responsabilidad paterna para enseñarles a sus hijos a quererse a sí mismo,
reforzando sus cualidades y minimizando no al máximo sus errores pero tampoco
magnificándolos como que fuera el fin del mundo, la sobreprotección es una
manera de darles una herencia negativa a nuestros hijos e impedirles que
aprendan a volar por sí solos, preocúpate de no criar hijos con marcas de
superioridad en sus cabezas ni en sus corazones una de inferioridad, los niños
con baja autoestima son vulnerables de sentir rechazo frente a situaciones
reales o imaginarias, fortalece su autoestima y fomenta sus capacidades para
que en la edad adulta no sean personas amargadas con sentimientos de rechazo
por todo, escribe en sus vidas los mejores consejos que les puedas dar para que
vivan en paz con los demás y en comunión con Dios, el sentimiento de rechazo
emocional como lo describe el Dr. Luis Alberto Roca, se ‘cura’ con amor y
comprensión en la familia, incluso de las amistades, la sobreprotección puede
generar el síndrome Peter Pan (Grandes que quieren seguir siendo niños, la
persona que nunca crece), y hay que cuidar este detalle desde la niñez, porque
ya en la adolescencia puede provocar crisis, solo así aprenderán a tratar a
todos por igual.
La necesidad de pertenencia alcanza
proporciones muy elevadas, en la búsqueda del sentirse aceptado y evitar la
vivencia del rechazo, muchos adolescentes se agrupan con otros que también han
sido marginados o rechazados sea por sus familias o por la sociedad, formando
de este modo las pandillas cuyos comportamientos antisociales son el reflejo de
una vivencia de rechazo que los unifica pero de manera negativa, el sentimiento
de ser rechazado, real o no, puede provocar que nuestra autoestima baje, y para
esto siempre vale estar preparado de la mano de Dios y de la familia que Él nos
ha dado.
Te invito con este pequeño escrito a que
reflexiones en el silencio de tu corazón y examines a cuantas personas has
hecho daño con esa actitud repulsiva y cuánta gente te puede hacer daño si
pasas victimizándote por todo.
Miguel Zambrano Falcones
Miguel Zambrano Falcones
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